Park Güell
El Park Güell nació en 1900 de un sueño compartido entre el empresario Eusebi Güell y Antoni Gaudí. La intención inicial era construir en Barcelona un barrio residencial inspirado en el modelo británico de la “ciudad jardín”. Fue precisamente por este motivo que el industrial lo nombró Park Güell, en inglés.
Eusebi Güell adquirió la gran finca con la masía del marqués Mariano, en la zona que se conocía popularmente como la Montaña Pelada. El proyecto preveía vender 60 parcelas a las familias burguesas de Barcelona, y aunque el propósito inicial no se llevó a cabo, Gaudí dejó para la posteridad una auténtica maravilla.
UN GRAN RETO Y UNA CARRERA DE OBSTÁCULOS
Gaudí aceptó el difícil e interesante encargo de Güell y planteó una urbanización para 60 casas. Estudió una a una la mejor posición para cada vivienda dentro de su respectiva parcela: era necesario que no tapasen las vistas a los vecinos, pero tenían que garantizar una aceptable privacidad.
Si bien lo cierto es que el proyecto no empezó con buen pie. A las restricciones impuestas por Gaudí, se le añadía el hecho de que se tratase de un lugar baldío y apartado de la ciudad, mal comunicado con el centro de Barcelona, un hecho que no gustaba a los posibles clientes, ya que veían el trayecto como una aventura peligrosa.
Ante esta situación, el promotor pagó la construcción de una caserna próxima donde se instalaría la Guardia Civil. La obra se encargó al arquitecto Juli Batllevell, muy cerca del convento de San José de la Montaña, un lugar muy concurrido, proyectado por Francesc Berenguer Mestres –el principal ayudante de Gaudí-. Aun así los solares no se vendían, a pesar del dinero que Güell estaba invirtiendo.
En 1905, Batllevell construyó la primera casa en la urbanización, para el abogado Martí Trías. Después se encargó a Berenguer otra casa, los planos de la cual firmó Gaudí, que sirviese como modelo y reclamo para incrementar les ventas. Esta fue la segunda y última casa familiar de la urbanización, que construyó el contratista José Pardo Casanovas. Fue el mismo Gaudí el que la compró en 1906 para ir a vivir con su padre, sobrina y sirvienta.
EL SELLO GAUDÍ
Las notables dimensiones del conjunto y la gran pendiente aconsejaban plantear diferentes accesos. El principal se situó en la parte baja de la finca, con fachada anexa a la calle de Larrard, una calle urbanizada por donde se llegaba tradicionalmente a la finca del marqués.
En este lugar Gaudí proyectó con su estilo personal los dos magníficos pabellones de la portería y una gran escalinata ajardinada y muy ornamentada, que llevaba al visitante a una gran porticada, la Sala Hipóstila, pensada para instalar un mercado dentro.
Sobre este espacio cubierto se construiría la gran explanada, un auténtico mirador sobre la ciudad delimitado y bordeado en todo su perímetro por el banco de perfil ondulado, hecho con piezas prefabricadas de hormigón revestidas con trencadís cerámico. El mirador disponía de un pequeño anfiteatro para poder disfrutar de las representaciones que se programasen.
ESPECIAL ATENCIÓN A CADA DETALLE
Siempre fiel a sus principios, Gaudí utiliza de forma admirable los materiales que cada lugar le ofrece. Estudia detenidamente la difícil topografía de la montaña y construye un sistema de calles y viaductos para llegar a las casas, realizando las excavaciones pertinentes y consiguiendo una obra civil con un mínimo impacto y una óptima adaptación paisajística.
Como sabía leer la naturaleza y era un buen arquitecto, previó las necesidades futuras de los residentes. Gaudí construyó bajo el porche una gran cisterna que recogía las aguas pluviales para poder mantener una buena vegetación.
El agua llegaba a la cisterna por un ingenioso sistema de desagües situados en el interior de los grandes pilares de estilo neo-dórico. Los capiteles soportaban las pequeñas bóvedas esféricas prefabricadas de hormigón, que también se revestían interiormente con trencadís.
DE URBANIZACIÓN PRIVADA A PARQUE PÚBLICO
Visto el poco éxito del negocio inmobiliario, las obras se abandonaron en 1914. Eusebi Güell murió en el año 1918 y sus herederos optaron por desprenderse de la finca. La compró el Ayuntamiento de Barcelona el año 1922 en una operación no exenta de polémica, por un importe de 3.200.000 pesetas.
La convirtió en un parque público, un emplazamiento en la parte alta de la ciudad que fue tranquilo y entrañable hasta hace unos años. Actualmente forma parte del parque urbano de los “Tres Turons” y es un lugar muy valorado por los barceloneses.
ATRACCIÓN TURÍSTICA
El Park Güell fue reconocido como Bien Cultural de Interés Nacional en 1969 y fue inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1984.
El incremento del turismo en la ciudad de Barcelona y la eclosión de la obra de Gaudí han generado en los últimos años un uso masivo y poco cuidadoso del parque, que se ha convertido en una atracción turística de primer nivel.
La necesidad de garantizar la conservación de este conjunto único en el mundo, así como la elevada presión que sufría el entorno, llevaron al Ayuntamiento de Barcelona a regular la visita en la zona más frágil del parque, correspondiente al 7,9% de la superficie total.
HORARIOS
Del 1 de enero al 28 de marzo: de 8.30 h a 18.15 h
Del 29 de marzo al 3 de mayo: de 8 h a 20 h
Del 4 de mayo al 6 de septiembre: de 8 h a 21.30 h
Del 7 de septiembre al 24 de octubre: de 8 h a 20 h
Del 25 de octubre al 31 de diciembre: de 8.30 h a 18.15 h
CÓMO LLEGAR
Metro: L3 - Vallcarca / Lesseps
Autobús: H6, 32, 24, 92
TRANSPORTES TURÍSTICOS
Bus Turístic: Ruta azul. Park Güell
Barcelona City Tour: Ruta Este (color verde). Park Güell